jueves, 17 de junio de 2010

POR QUÉ MAMI SE OPERO TODA

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¿CÓMO EXPLICARLE A UNA NIÑA PEQUEÑA QUE NO QUERÍAS TU CUERPO Y LO HAS REFORMADO POR COMPLETO A BASE DE MUCHISIMAS OPERACIONES Y MUCHÍSIMO DINERO?

¿Nunca has pensado que debería de haber un libro que hablase de cirujía estética a los más pequeños?, ¿no? bueno, yo tampoco pero parece ser que los autores de este libro para niños si piensan que es una herramienta útil para hacerle a saber a los niños por qué mami se operó toda.
Publicado en América por Michael Salzhauer, un cirujano plástico, "My beautiful Mommy" intenta hacer ver a los niños que nada malo ha pasado si ven llegar a su madre con la cara vendada o si papá ha de hacer horas extras para pagar la nueva nariz de mamá. El libro tiene una interesante moraleja: "Mamá no ha cambiado, sólo que ahora es más bella".

La mamá del libro le cuenta a su hija que se hace una rinoplastia porque así luego será más bonita y que también se va a hacer una reducción de estomago porque "ya no entra en su ropa". Aunque la madre no se lo cuenta a su hija, ya de paso, aprovecha y se agranda el pecho (fijaros cómo le cambia de una viñeta a otra).

Según afirma el autor de este libro, la inspiración le llegó viendo a madres que iban a consultas con sus niños y cómo estos se asustaban mucho cuando veían de repente a su madre llena de vendas. "Con los aplanamientos del vientre, las mamás no pueden levantar nada y tienen que quedarse en cama. Los niños se hacen preguntas sobre eso."- argumenta el doctor.

Salzhauer es consciente de que su libro no les va a parecer bien a todos, “hay una buena parte de tus lectores que están en contra de la cirugía plástica, que es vista como un signo de decadencia de la civilización occidental”, dice. “Pero cuando la hace un cirujano plástico certificado y entrenado, de verdad mejora la vida de las personas”.

A continuación, algunas viñetas del libro (la traducción es mía, seguro que habrán errores pero es más o menos lo que las viñetas van contando)...

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Dr. Michael y su asistenta Laura hablaron con mamá durante un largo rato...
Doctor: "blah blah blah barriga blah blah blah nariz"


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En el coche, mamá me contó que ella va a hacerse una operación. Mi hermano mayor Bill tenía un juego llamado "Operación" donde la nariz se iluminaba. El nunca me dejó tocar sus juegos. "Mami, ¿tu luz también se va a iluminar?


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"No seré diferente, cariño... simplemente más guapa" - dijo mamá.
"Pero si tú ya eres ya la mamá más guapa del mundo entero"

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"Irritada", dijo mamá, "tendré una pequeña costra en mi nariz durante una semana y unos vendajes especiales en mi estomago hasta que cicatrice".


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Yo le pedí a Papá si le podía traer mi osito Teddy a mamá para que le hiciese compañía. Papi dijo que sí, yo entré en silencio en la habitación de papá y mamá. Mami estaba durmiendo, así que dejé el osito a en una silla próxima a la cama sin despertarla"

viernes, 11 de junio de 2010

LAS ULTIMAS PALABRAS

"Querido:
Estoy segura de que me vuelvo loca de nuevo. Creo que no puedo pasar por otra de esas espantosas temporadas. Esta vez no voy a recuperarme. Empiezo a oír voces y no puedo concentrarme. Así que estoy haciendo lo que me parece mejor. Me has dado la mayor felicidad posible. Has sido en todos los aspectos todo lo que se puede ser. No creo que dos personas puedan haber sido más felices hasta que esta terrible enfermedad apareció. No puedo luchar más. Sé que estoy destrozando tu vida, que sin mí podrías trabajar. Y sé que lo harás. Verás que ni siquiera puedo escribir esto adecuadamente. No puedo leer. Lo que quiero decir es que te debo toda la felicidad de mi vida. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirte que… Todo el mundo lo sabe. Si alguien pudiera haberme salvado, habrías sido tú. No me queda nada excepto la certeza de tu bondad. No puedo seguir destrozando tu vida por más tiempo.
No creo que dos personas pudieran haber sido más felices de lo que lo hemos sido nosotros.

V."
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Así se despedía Virgina Woolf de este mundo en el que vivimos, esta es la nota con la que la escritora explicaba los motivos de su decisión. Como podemos comprobar, su nota es casi un parrafo de unas de sus obras, tan cargadas de sentimientos contrariados y de una depravadora visión de la realidad. Como un último trabajo suyo, así Virgina nos deleitaba con su arte por última vez.

El día 28 de marzo de 1941, la escritora madrugó para poner fin a su vida. A sus cincuenta y nueve años, Virginia se ahogó voluntariamente en el río Ouse, cerca de su casa de Sussex. Había dejado dos cartas, una para su hermana y otra para su marido, las dos personas más importantes de su vida. La nota que hemos reproducido es la que escribió para decir adiós a su hombre.

Virgina padecía esquizofrenia y frecuentes colapsos nerviosos que, objeto de una bella crueldad, coinciden con sus mejores obras. En sus fases de delirio, era capaz de perder la conciencia de la realidad y era capaz de sumergirse en sus escritos de una manera asombrosa. Es más, todas sus obras quedaban impregnadas de esa lucha que Virginia vivió en vida con sus monstruos imaginarios. Una de sus mejores creaciones, el personaje de la señora Dalloway, sufre una neurosis de guerra que termina suicidándose.

Virgina siempre daba prioridad a su gran amor a la escritura, dedicó su vida al completo. Adoraba el proceso de la creación de sus personajes, en los que siempre se esforzaba por mostrar a sus lectores con todo lujo de detalles, especialmente por los pensamientos que poblaban sus mentes.

Su padre, Leslie Stephen, fue un destacado intelectual que padeció episodios depresivos. Después de la muerte de su idolatrada esposa en 1895, volvió a agravarse y cayó en una progresiva desesperanza y sensación de ser traicionado por el destino y sus hijos. Su admirada hermana, Vanessa Bell, cayó en profunda depresión entre 1911 y 1913 producto de su tormentosa relación extramatrimonial con Roger Fry y posterior aborto, similar perturbación melancólica retornó en 1937 tras la muerte inesperada de su hijo. Su hermano, Adrian, se sometió a psicoanálisis por su carácter depresivo antes que por síntomas, convirtiéndose después en psicoanalista. Laura Stephen, hermanastra débil mental, requirió ser internada de por vida. Un primo, James Kenneth Stephen, sufrió una herida en la cabeza; tenida como insubstancial, determinó un violento cambio de comportamiento con acoso sexual de su hermanastra Stella, resolviéndose con su muerte prematura por causas desconocidas.

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Su primer episodio irrumpió a los trece años, en 1895, durando casi seis meses. A pesar de su recuperación, fue incapaz de escribir en su diario por año y medio, como solía hacerlo regularmente desde 1891, y sólo consiguió devorar ávidamente sus libros. A finales de 1896, su médico de familia doctor Seton, volvió a recomendar la suspensión de sus lecciones privadas y lectura. En el segundo ataque de abril de 1897 requirió guardar cama («la vida es un asunto duro, se necesita una piel de elefante ¡que precisamente una no tiene!»). La tercera fase de 1904 fue particularmente severa con un primer intento de suicidio arrojándose por la ventana; el doctor George Savage, especialista llamado de urgencia, recomendó su internación en una casa de reposo Twickenham, de junio a septiembre, por ausencia de conciencia de enfermedad. Durante su convalecencia en Cornwall, escribió a su enfermera Violet Dickinson: «Pienso que la sangre está volviendo nuevamente a mi cerebro. Es el sentimiento más extraño, como si una parte muerta de mí estuviera volviendo a la vida... Todas las voces que solía escuchar, que me decían que hiciera todo tipo de locuras se han ido - y Vanessa dice que eran siempre producto de mi imaginación!".

La existencia de Virginia Wolf estuvo marcada por acontecimientos de enorme carga emocional que determinaron la aparición de sus primeros episodios. La muerte inesperada de su madre por gripe, en 1894, arrancó a la persona que se hacía cargo de las necesidades afectivas de los hijos y dejó sumidos al padre y familia en el caos y desconsuelo. Los fallecimientos desoladores de Stella (1896) y Thoby (1906) fueron cruciales para su escéptica concepción de la existencia. La dramática agonía de su padre en 1904 condujo al desquiciamiento moral de los hijos por sus lamentos y súplicas -"¿Por qué tiene que morir él? ¿Y, si tiene que morir, por qué no puede?". Seis días después se reprocha: "Lo espantoso es que nunca hice algo por él. Estaba a menudo tan solitario, y nunca le ayudé como pude haberlo hecho".

En ciertos episodios surgían ideas deliroides con pérdida absoluta de conciencia de enfermedad, como que toda la gente se reía de ella, tenía la certeza inconmovible que su cuerpo era monstruoso con "una sórdida boca y una sórdida tripa que pedían comida, algo repulsivo que debía evacuarse de manera repulsiva". En 1904 escuchó que los pájaros cantaban en griego, que la urgían a hacer locuras y percibió al rey Eduardo VII espiando entre las azaleas, usando "el lenguaje más procaz del mundo".

En 1924 escribe: "He tenido algunas visiones curiosas en este cuarto también, mientras yacía en cama, loca, y viendo la luz del sol estremeciéndose como agua dorada, en la muralla. He escuchado aquí las voces de los muertos." En carta a Ethel Smyth de 1930 revela: "...he estado viendo caras ya hace diez años, y cinco desde que yo yacía como una estatua de piedra, muda junto a la rosa... Después de haber estado enferma y sufriendo toda forma y variedad de pesadillas y extravagantes intensidades de percepción..., he vuelto a mí, temblando y tan asustada de mi propia insanidad".
En su despedida a Leonard confiesa: "Estoy segura de que, de nuevo, me vuelvo loca. Creo que no puedo superar otra de aquellas terribles temporadas. No voy a curarme en esta ocasión. He empezado a oír voces y no me puedo concentrar".

Viginia Woolf llenó de piedras los bolsillos del abrigo y se adentró en el río Ouse hasta quedar sumergida. Unos niños encontraron su cadáver 15 días después.

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miércoles, 9 de junio de 2010

EL TELÉFONO DEL DIABLO

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¿ES POSIBLE QUE EL DIABLO PUEDA CONTACTAR CON NOSOTROS A TRAVÉS
DE UN TELÉFONO?


¿TIENE EL DEMONIO UN MÓVIL?

SI SUPIERAS EL NÚMERO,
¿TE ATREVERÍAS A LLAMAR?





A mediados de los noventa, el teléfono móvil comenzó a proliferarse entre los más jóvenes. Pese a que el primer móvil fue creado en 1983, no fue hasta una decada y media después su adquisición por el habitante de pie, habiendo sido hasta entonces considerado como una herramienta de trabajo para lo más altos ejecutivos.

El adolescente medio de áquel entonces, recibió con agrado la oportunidad de poder llevar un teléfono en su bolsillo. Entre sus ventajas, no tener que ser interceptadas las llamadas por los padres, inconvenientes: fundir la tarjeta a base de estar todo el día enviando sms.

Tiempo atrás, cada vez que un nuevo invento se implantaba en nuestra cotidianeidad, son muchos los mitos y leyendas que se creaban en su entorno. Hay quien pensó que la creación de los aviones era un mal gesto hacia los dioses, penetrando sin permiso el reino de los cielos. Con la llegada del móvil, fueron muchas las historias que se contaron acerca de aquello (como llevar el móvil en el bolsillo, cerca de la entrepierna, causa impotencia). En aquel momento, consagración de dicho aparato al caer en la mano de los más jovenes, se empezó a nombrar una leyenda negra en torno al uso del móvil y la existencia del diablo.

¿Suponía la implantación del teléfono móvil una nueva forma de contacto con el más allá?, ¿es posible llamar al demonio marcando un determinado número? Probablemente, todo comenzó como un juego. Presas del aburrimiento, toqueteando las teclas del aparato, alguien pensó en marcar un peculiar número. Por motivos de privacidad, no estoy autorizado a citar números de teléfono en el blog, sólo diré que consistía en la repetición de un número que siempre se ha asociado a la existencia del maligno. Marcando esa cifra, alguien probó a llamar y pasó mucho miedo.

Se contaba sobre unos extraños ruidos, un tono de llamada diferente al resto de las anteriores y una voz de ultratumba que se atrevía a contestar. Pronto, se habló del demonio y que era posible pedirle cosas tan fácil como marcando su número. Al parecer, son muchos los jóvenes que probaron a hacerlo y, sobretodo, deseosos de obtener respuestas a sus más inquietas preguntas. Aquella voz siempre contestaba, no había pregunta que decidiera callarse.

Según los textos sobre el espiritismo y sus leyes, un espiritu nunca puede negarse a responder. Mienta o no, siempre contesta. En sesiones de oui-ja, la entidad con la que se establece contacto parece estar sometida a una promesa de no negarse a contestar, pese a que luego sus respuestas no sean muy coherentes.

Sin embargo, no ocurría así en este caso, muchos jóvenes se asustaron al ver cómo lo dicho por esta entidad se cumplía. El más atrevido, obtenía respuestas nada recomendables, como conocer su propia fecha de su muerte. ¿Es realmente el demonio quien contesta? Es muy probable que no, pero quien fuese el que seguía el juego de estos jóvenes, solía acertar con lo que se aventuraba a pronosticar.

El mito del "teléfono de Satán" se extendía así a finales de los noventa, teniendo su mayor auge en el noventa y ocho en muchos lugares de España. Algunos profesores llegaron a advertir que la supuesta creencia por parte de los jóvenes de que el demonio contestaba no era nada recomendable, advirtiendo de los peligros de lo desconocido. Sin embargo, muchos fueron los que quisieron probar. Lamentablemente, no sólo pasaba que contestase.

Como si de una sesión de espiritismo se tratase, son muchos testimonios los que confesaban haber sentido extraños sucesos después de la llamada. Todos ellos coinciden en una extraña consecuencia de haber marcado tan demoníaca cifra, el móvil se calentaba hasta extraños limites. Son muchos los que coinciden que, tras haber hablado con el supuesto demonio, el aparato estaba muy caliente e incluso molesto para seguir sosteniéndolo entre sus manos. ¿Prueba esto que algo sobrenatural se cernía sobre este mito urbano?

Parece que no sólo los jóvenes reciben mensajes de ultratumba a través de sus móviles. Hace dos años, una familia de Granada pidió al juez exhumar el cadaver de la abuela, ya que esta les estaba mandando mensajes al movil desde la tumba.

La familia pidió al juez de guardia número 6 de Granada una autorización judicial para exhumar los restos de su madre, ya que aseguraban que en una psicofonía grabada en un móvil la difunta les pedía que le quitaran del pecho la cruz con la que había sido enterrada.

El juez, que a pesar de su asombro atendió durante tres minutos a los miembros de la familia, vecinos de Padul (Granada), les explicó que él no tenía competencias para decidir en un asunto de esta índole y les recomendó que trasladaran su petición a un cura.

Según manifestó la hija de la fallecida, la difunta llevaba una semana comunicándose con ellos a través del móvil. Explicaron que no sabían de dónde provenían los mensajes de su madre, "vienen de la nada", y añadió que cuando algún miembro de la familia graba algo en su móvil "lo que se reproduce es la voz de mi madre diciendo "ven, ven, la cruz".

Además, según su abuelo y su tío, enterrados en la misma tumba que su madre, también envían mensajes sonoros a través de los móviles familiares.

Filomena Gómez falleció hace dos años cuando tenía 55 de un cáncer de hígado, explicó su hija, quien apuntó que su madre estaba llena de vitalidad y energía. Cortés, que se declaró como profundamente creyente, dijo que a toda la familia le gustaría saber el por qué de estas audiciones, "sobre todo si alguien se está entrometiendo".

Para aclarar el entuerto, la familia decidió acudir al juez de guardia de Granada para pedirle que autorizara la exhumación de su madre.

El magistrado llegó incluso a escuchar las psicofonías, en las que, según la familia, se oye una voz lejana que dice "la cruz, la cruz", pero sin que llegara a apreciarlas con claridad.

Y es que, paradojicamente, si los ancianos son incapaces de apañarse en vida con las teclas del móvil, es una vez muertos cuando mejor lo saben utilizar. Otro extraño caso tiene como protagonista a Alicia, una señora de cincuenta y ocho años que afirma que su suegra manda espiritus burlones del más allá para vengarse de ella y estos molestan a través del teléfono.
Según afirma Alicia, son treinta años de calvario por culpa de unas espeluznantes criaturas que deambulan por su casa tras ser victimas de una maldición.
Todo comenzó con ruidos extraños, pataleos en el segundo piso de su casa, luces que se encendían y teles que se apagaban. Cuando subían al segundo piso, allí no había nadie. Sin embargo, poco tiempo después, aquellos espiritus se dejaron ver. "Lo primero que vi fue una niñita de unos 15 años. Era morena y de melena. Se reía de mi apoyada en la pared de la cocina"- confiesa Alicia con mucho miedo al recordarlo.
"Otro día, yo estaba saliendo del aseo cuando me encuentro en el comedor a un joven muy alto y sin rostro que me decía con una voz de ultratumba: Mamaaaaaá"- añade Alicia.

Son muchos los miembros de esta familia los que han presenciado alguna vez sucesos paranormales. Dayton, el hijo de Alicia de dieciocho años, ha visto siluetas que lo observan cuando él se va a la cama. "Un tonto con capucha me intentó sacar una vez de la cama"- nos cuenta. "Tenemos mucho temor, los espiritus se están adueñando de la casa" - afirma otro de los hijos.

Los fantasmas que habitan esta vivienda parecen sentirse ya miembros de dicho hogar, ya que se atreven a contestar el teléfono cuando los vivos no llegan a tiempo. Alicia cuenta como desde hace dos años, los espiritus se han adueñado del teléfono y se atreven a contestar. "Una tarde, me llamó mi hermana pero no me dio tiempo a contestar. Al rato, mi hermana me volvió a llamar y me dijo aterrada que la primera vez que llamó le había contestado una niña que le había dicho ¿qué quiere?, colgando al instante".
A veces, llaman a la casa desde el portero automático de abajo y alguien les contesta cuando preguntan por algun miembro de la casa. "Un día, mi hijo no estaba y me dijeron que había contestado un jóven"- añade Alicia Gomez.

Parece que a los espiritus les gusta el teléfono, pues no sólo se limitan a contestar ellos en esta casa, sino que también han encontrado en el móvil un modo de gastar bromas. Alicia estaba hablando con su marido y, en medio de la conversación, dos voces de mujer se entremezclaban con la de su marido. "No me dejaban apenas escucharles, las evas del más allá se burlaban y se reían emitiendo sonidos guturales" - explica Alicia. "Muchas veces, estoy hablando y noto cómo descuelgan desde el segundo piso, escuchando incluso la respiración en el auricular".

Preocupados por todos estos sucesos, la familia pidió ayuda a especialistas para echar a los espiritus fuera de la casa. Una clarividente le contó a Alicia que todo se debía a una maldición que su suegra fallecida hacía 25 años le había echado. La clarividente le habló a la familia de detalles que nadie sabía, como lo mal que se llevaban suegra y nuera. Para asombro de Alicia, su marido le confesó que él si sabía que su madre practicaba el ocultismo y que más de una vez le dijo que si se casaba con ella, les haría magia negra. Al parecer, la malvada suegra dirigía aquellos seres del más allá. Tras varias sesiones de espiritismo, la familia parece haberse deshecho del problema.


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domingo, 6 de junio de 2010

EL AMOR DE GRETA GARBO

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EL AMOR DE GRETA GARBO

... Se la llamó "la misteriosa"
por el misterio que rodeaba su vida privada...

... ¿A quién amo Greta Garbo?... ¿Víctima de un amor imposible?


Greta Garbo continúa siendo considerada como uno de los rostros perfectos que han pasado por la meca del cine, muy comentado fue su rectitud de sus expresiones, nunca sonreía en las fotos y todo ello alimentó la leyenda de que una máscara de hielo cubría sus verdaderas pasiones.

Provenía de una familia humilde, su padre era un trabajador de limpieza y su madre era costurera. Antes de iniciar sus estudios de Arte Dramático, Greta trabajó como enjabonadora en una barbería y dependienta en una sombrería femenina. Su gélida belleza la hizo posar como modelo publicitaria en los almacenes donde trabajaba. Uno de estos anuncios llama la atención de un director que la anima a estudiar interpretación.

La película que la hice ser alguien y sus inicios en el cine fue un film de tres horas de duración dirgido por Mauriz Stiller, quien la mandó arreglar la dentadura y la sometió a una estricta dieta antes de comenzar su rodaje. Así, Greta se mostraba en sociedad con sus papel en "La expiación de Gösta Berling.
Cuando este sueco director es reclamado por los grandes estudios estadounidenses, decide llevarse a Greta consigo y ella misma fue adquiriendo su propio reconocimiento. En los años treinta, Greta llega a su esplendor con el film Grand Hotel (1932), un desfile de las celebridades más reclamadas en Hollywood. La película fue todo un éxito, triunfando en los Oscars de dicho año.

Otro de sus papeles que quedaron para la posteridad fue como la seductora Mata Hari en el film de George Fitzmaurice. En ella, Greta encarnaba a una espia holandesa durante la Primera Guerra Mundial. El personaje de Mata Hari quedó eternamente relacionado con la actriz.

Sin embargo, y de manera misteriosa, Greta se retira precozmente del mundo del cine. Con sólo 36 años, la actriz dijo adiós a la industria del cine en su momento de mayor reconocimiento. Greta sólo quería disfrutar de su apartamento en Central Park West, donde poder fumar y tomar cocktails. Mucho se especuló sobre los verdaderos motivos que la llevaron a tomar tan rápida decisión. El misterio sobre su vida privada había sido una constante en toda su carrera, la actriz no solía nunca entablar amistad con sus compañeros de rodaje y salía con prisa de los escenarios nada más terminar la jornada. Greta detestaba las premiere de sus películas, nunca firmaba autografos y vetaba las entrevistas.


Mucho se habló sobre los muchos amantes de Greta Garbo, mostrando una sigilosa ambigüedad a la hora de escoger el sexo de sus compañeros de cama. Greta mostraba una apariencia androgena que sedució a sus espectadores, formando parte de sí misma y sintiendo una mayor predilección por llevar prendas masculinas. Su voz era ronca, poco femenina, pero seductora. Greta rompía corazones, empezando por el director que la descubrió, que nunca obtuvo el ansiado beso de su musa.

Sin embargo, si alguien marcó profundamente la vida de Greta esa fue la actriz Marlene Dietrich. Pese a que nunca ha sido confirmado, el círculo más próximo a la actriz siempre a considerado a Marlene como la mujer de su vida. Greta se enamoró de la seductora actriz cuando ambas coincidieron en una película (La calle de la alegría, 1925).

"Ambas demostraron ante las cámaras la madera de la que están hechas las estrellas, rompiendo los corazones de sus admiradores, tanto hombres como mujeres e incluidas ellas mismas" - afirma la escritora Diana McLellan, autora del libro "The Girls", sobre el lesbianismo en la industria cinematográfica.
Pese a su apariencia de mujer fría e independiente, Greta se enamoró de Marlene desde el momento que empezó a ganarse su compañía. Marlene era divertida, alocada y mucho menos pendiente de lo que hablasen de ella. Para Greta, su compañía la liberalizaba de todo aquello que la actriz siempre tenía tan presente y, probablemente, una homosexualidad no aceptada por sí misma.

No obstante, Garbo y Dietrich tenía una forma muy diferente de tomarse su secreto. Greta vivía sus conquistas como secretos excitantes mientras que Marlene incluso tenía un grupo de mujeres asiduas con las que solía quedar para divertirse, llamándolas como "su circulo de costura".

Antes de aquello, Greta pudo haber sentido un flechazo con la actriz Joan Crawford, con la que coincidió en el rodaje de la película "Grand Hotel". Cuando Greta la conoció, no pudo evitar sujetar su cara con sus manos y alabar su belleza. Más tarde, Joan Crawford admitiría haberse sentido tentada por tener una experiencia lésbica con Greta tras ese momento.
Marlene Dietrich pudo haber llegado a romper el corazón de Garbo cuando tomó la decisión de romper aquella relación que tenían en secreto. Marlene pudo cansarse de la obsesión por la intimidad de Greta, lo cual le hacía estar siempre tensa, asustada por ser descubierta e incapaz de saborear la relación que mantenían.

Greta Garbo y Marlene Dietrich se convirtieron en mitos para el colectivo gay y lésbico. Curiosmente, Greta es todo un ícono lésbico mientras que Marlene provoca mucha más devoción entre los gays.
Dietrich explotaba su erotismo no sólo para seducir a las mujeres sino también a los hombres, a los que les gustaba jugar al "alumno avanzado", su fantasía sexual favorita.

Greta Garbo se convirtió en un icono lésbico tras su papel en Reina Critina (1932, Robert Mamoulian). Pese a que la película hablar de una historia de amor heterosexual, hay una ligera trama contraria en la que se puede entender que el personaje de Garbo es lesbiana, como también fue la reina Cristina de Suecia, personaje al que encarnaba. En el film, la reina se viste de hombre, se niega a casarse y da a entender que mantiene una relación con una chica mucho más joven que ella.

"La discreción y la lealtad eran dos cualidades que Greta Lovisa Gustaffson siempre había exigido a sus amigas" afirma la autora del libro. Es probable que Marlene traicionara esa discrección, tan importante para Greta y posible motivo de la ruptura.
"Durante seis décadas Marlene Dietrich y Greta Garbo pretendieron no haberse conocido nunca, ni antes, ni durante, ni después del rodaje de «Bajo la máscara del placer", señala la autora.

"Fue Marlene, dice la autora, quien fue «mostrando» a su conquista en los salones y «educándola en su sensualidad". Mientras tanto, Greta -apunta McLellan- "debía sentirse vertiginosa, imprudente, osada. Su trato con Hollywood estaba cerrado. ¿Por qué no divertirse, beber hasta el fondo la vorágine berlinesa y luego dejarlo todo atrás?".

El fin del romance llegaría, a juicio de la autora, debido a la indiscreción de Marlene, unida a los celos que sentía por la que iba a ser la gran diva de Hollywood. Y así lo explica: "Treinta años más tarde, Marlene Dietrich daría una descripción de lo más íntima sobre Greta Garbo... era «grandísima allí abajo»" reveló deslealmente. Peor aún, "la sueca llevaba ropa interior sucia", pero incluso entonces, Marlene se negó a decir cómo sabía aquellos detalles. «Si en realidad cotilleó algo similar en 1925, sólo eso habría sido suficiente para establecer el odio que Garbo mantuvo hasta su muerte hacia quien la sedujo», escribe McLellan, quien sostiene que Marlene descubrió que Greta era "estrecha de mente, ignorante y provinciana... e hizo saber su opinión no sólo a ella, sino a otras personas de su círculo, junto con sus más personales y penosas informaciones".

Una traición por parte de Marlene que marcaría para siempre a Greta Garbo, destinándola a querer refugiarse en la soledad de su apartamento y abandonar los escenarios.

jueves, 3 de junio de 2010

CARY GRANT & LSD

¿SABÍAS QUE UNA CELEBRIDAD DE HOLLYWOOD FUE DE LAS PRIMERAS PERSONAS EN EXPERIMENTAR CON EL LSD?

HOLLYWOOD & DRUGS

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Cary Grant, uno de los más grandes actores de Hollywood. Sobrevoló el mundo del cine durante casi 35 años, con más de 70 películas, que le convierten en uno de los actores más prolíficos de su época. Galán de galanes, se ha convertido en el símbolo absoluto de la elegancia llevada a la gran pantalla. Su fina ironía, sus innatas dotes para la alta comedia (como excelente actor que siempre fue) y su impresionante estampa han hecho de él un ejemplo imitado, aunque inimitable, en medio mundo. Alfred Hitchcock le definió perfectamente: "podría actuar con un huevo podrido en la cara y seguiría pareciendo tan fascinante como siempre".

En Estados Unidos el único factor de atracción para la masa era entonces el poder de las estrellas, y entre ellas, Cary Grant sobresalía con carisma. Se casó cinco veces, trabajó con Howard Hawks, George Cukor y Alfred Hitchcock entre otros muchos e importantes directores. Fue nominado dos veces para los Oscar («Serenata nostálgica» y «Un corazón en peligro», y sólo fue premiado con la estatuilla en 1970 como reconocimiento a su carrera. Aquella noche, Frank Sinatra le elogió por «la mera genialidad de sus interpretaciones, que hace que todo parezca fácil».

Los comienzos en la profesión de actor fueron duros. Antes de llegar a un cénit de popularidad que no conoció decadencia, la leyenda -aún viva- tenía en su haber tal cantidad de experiencias como para escribir varias biografías. En el Nueva York de los últimos años veinte del siglo pasado fue el acompañante de mujeres de cierto prestigio social más famosas de la Gran Manzana y, a la vez, mantuvo una relación estable con el también artista y diseñador Orry-Kelly (a quien el actor no nombra en su autobiografía). Aunque es posteriormente, con el actor Randolph Scott -protegido de Howard Hughes-, con quien vivió en California durante bastante tiempo, mostrándose juntos ente una sociedad tan atiborrada de glamour como de prejuicios.

Grant supo ponerse el mundo por montera creando serios dolores de cabeza a los ejecutivos de los grandes estudios cinematográficos, que evitaban a toda costa que la relación homosexual de su actor trascendiera al gran público. Para desviar la atención «colocaban» a una luminaria femenina cuando Grant y Scott asistían a un estreno. «Yo era un palurdo egocéntrico que creía ser feliz», diría años más tarde al hablar sobre sus tendencias sexuales.

Cuando un entrevistador le comentó que 'a todo el mundo le gustaría ser como Cary Grant', el actor replicó 'A mí también'.

En 'Cary Grant. La biografía' (Lumen), Eliot define al actor como un tipo simpático, elegante, obsesionado con su aspecto físico, enamoradizo, fantasioso, tacaño hasta la médula -incluso cobraba 25 centavos por cada autógrafo que firmaba-, de personalidad adictiva con tendencia a la autodestrucción y a veces inestable.

No es difícil imaginar que Grant reunía todos los ingredientes para ser un cebo fácil de la prensa sensacionalista, en donde, sin tapujos, en más de una ocasión se chismorreó sobre su relación, abiertamente homosexual, con el atlético actor de westerns Randolph Scott. A Grant y Scott les unía, como afirma Eliot, "su gusto por beber, fumar, la ropa cara, el humor socarrón y que ambos, sexualmente, no eran especialmente tórridos, ya que consideraban el sexo como algo accesorio".

Pero si había un rumor que podía dañar la imagen de una estrella era el de ser homosexual, algo a lo que Grant, obsesionado con triunfar, pondría punto y final casándonse con Virginia Cherrill, protagonista del filme de Chaplin 'Luces de la ciudad'.

Incapaz de olvidar a Scott, éste fue el primero de los cuatro divorcios de Grant. El actor incluso llegó a asegurar que sus fracasos matrimoniales se debían a que sólo se enamoraba de las mujeres que suplían la dolorosa ausencia de su madre, quien, supuestamente, murió cuando Grant tenía 10 años, aunque dos décadas después el actor descubriría una verdad trágica: su madre estaba viva y encerrada en un manicomio.

Una mañana de abril de 1962, Cary Grant tragó cuatro pequeñas píldoras azules de ácido lisérgico, LSD. Para el actor de 58 años se trataba, sorprendentemente, de su viaje de ácido número 72 bajo la supervisión de un psiquiatra. Grant se relajó en un sofá, tomando sorbos de café mientras la droga comenzaba a hacer efecto. Durante la sesión de cinco horas, sus continuos comentarios fueron registrados en un pequeño grabador para una posterior transcripción. “Estaba notando la creciente intensidad en la luz del cuarto y durante breves intervalos, cuando cerraba mis ojos, tuve ciertas visiones”, mencionó en determinado momento. “Parecía estar en un mundo de saludables y regordetas piernas de bebés y lleno de pañales impregnados en sangre, como si se estuviera desarrollando una especie de actividad menstrual generalizada. Sin embargo no me repelía como otros escenarios lo habían hecho antes”.

Puede que no suene como la clase de declaraciones asociadas a la estrella de Para atrapar un ladrón o Intriga internacional. Pero el avejentado ídolo cinematográfico -que ya había realizado antes declaraciones a favor de la droga experimental- siempre fue agradecido para con su terapia de LSD. De hecho, durante el transcurso de una década, Grant tomó ácido más de cien veces. Entre otros beneficios, Grant asegura que el LSD lo ayudó a controlar su alcoholismo así como a enfrentar ciertos conflictos pendientes con sus padres.

Cuando comencé a experimentar, la droga parecía liberar los miedos más profundos, como un sueño que se transforma en una pesadilla”, comentó. “Tuve horribles experiencias como protagonista o como espectador, pero con cada sesión todo fue mejorando, tanto durante la ingestión de la droga como entre cada dosis. Pasé a sentirme mejor, y estoy convencido que hay cierto poder curativo en la droga en sí misma.

Grant fue sólo uno de los cientos de ciudadanos de la región de Los Angeles que participaron -durante los años cincuenta y comienzos de los sesenta- de estudios académicos sin precedentes sobre el entonces flamante farmacéutico. En pocos años el LSD pasaría a ser un tabú químico, el “psicodélico hippie” vilipendiado por los medios, criminalizado en cada estado y prohibido en todo el mundo a través de un tratado internacional. Pero mucho antes de que la mayoría de los norteamericanos hubiesen oído hablar de algo llamado Lisergyc Acid Diethilamide, en Hollywood había estudiantes, profesionales, clérigos, escritores, artistas y celebridades que se entregaron con entusiasmo a la entonces incipiente experiencia lisérgica.

Aquella era una época en que la experimentación científica con drogas psicodélicas era perfectamente aceptable”, recuerda el doctor Oscar Janiger, el psiquiatra que administró el LSD a Cary Grant y también a más de 900 pacientes durante el que vendría a ser el más vasto experimento con LSD sobre humanos en un medio no clínico. Su estudio es, además, una suerte de cápsula del tiempo hacia un momento único en la historia cultural de la Baja California. Mucho antes de que la escena ácida underground de San Francisco apareciera como la vanguardia del movimiento hippie, Los Angeles servía de guarida intelectual para la investigación psicodélica, y por sus salones de ácido se aventuraban personajes de todo tipo, desde Anaïs Nin hasta Jack Nicholson pasando por Aldous Huxley.

Cuando el gurú del ácido Timothy Leary conoció por primera vez a Janiger en 1962, describió a su mucho menos extravagante colega como una “usina” de “sólida construcción atlética, pelo gris, cara aguerrida y bronceada y ojos alegres”. Una descripción que se corresponde al Janiger que actualmente colabora con un grupo de guionistas de Hollywood en un guión sobre la historia social del LSD. Claro que los años han mellado su antigua construcción atlética hasta darle al decano de los experimentadores de ácido de L.A. un cierto aspecto de gnomo. Un gnomo que guarda en su casa en el cañón de Santa Mónica todos los apuntes de sus investigaciones.

Mi logro fue simplemente descubrir qué es lo que el LSD le provoca a la gente bajo condiciones uniformes”, dice Janiger. “Especialmente cómo cambia la percepción y la personalidad”. Durante el transcurso de su década ácida, Janiger estudió todo tipo de asuntos relacionados con el LSD, incluyendo el efecto de la droga sobre la creatividad artística, algo en lo que también estuvo interesado su primo --oh, sorpresa-- el poeta beat Allen Ginsberg.

Después de tomar LSD en la oficina de Janiger, la escritora Anaïs Nin desarrolló su propia teoría sobre el efecto de la droga sobre el impulso creativo. Después amplió esas notas iniciales -que Janiger guarda en sus archivos- en un capítulo incluido en su Diario. También, aunque nunca lo admitió públicamente, el acceso de Nina su propia vida interior fue dramáticamente aumentado por el LSD. De acuerdo con el autor y guionista Gavin Lambert --que fue presentado por Nin ante Janiger-- ella confesó en privado que su viaje de ácido había sido traumático. “Para Anaïs fue un desastre”, explica Lambert. “En ácido, a ella el mundo parecía aterrorizarla. Su vida era un malabarismo sin red caminando sobre delgadas mentiras. Tenía dos esposos, era bígama, y ninguno de ellos sabía de la existencia del otro. Y pienso que esa actitud se le hizo demasiado evidente bajo el LSD, y no lo pudo soportar. Anaïs era una criatura de demasiados artificios, y de pronto esos artificios desaparecieron”.

James Coburn tomó 200 miligramos de LSD en diciembre de 1959. Era su primer viaje. En el papeleo previo, escribió sus razones para ser voluntario: “Quiero medir mi conciencia presente (dónde estoy y dónde posiblemente voy a ir)”. Actualmente con 69 años y aún actuando, Coburn aún recuerda aquella sesión con Janiger. “Fue fenomenal, y me encantó. El LSD realmente me despertó y me permitió ver el mundo con cierta profunda objetividad”. Coburn también asegura que sus sesión de LSD lo ayudó laboralmente. “Una de las grandes cosas del LSD es que estimula tu imaginación. Y te libera de cierto tipo de miedos”.




Otra celebridad que probó el LSD como parte de los experimentos de Janiger fue un joven de 25 años llamado Jack Nicholson, que en el formulario previo escribió “actor” en el apartado reservado a su ocupación. Su primer viaje fue de 150 miligramos, en mayo del ‘62. Nicholson luego incorporó la experiencia a su guión para The Trip, un film de bajo presupuesto de 1967 sobre una intensa sesión de LSD, protagonizado por Peter Fonda y Dennis Hopper, otro voluntario para los experimentos de Janiger.

La leyenda cuenta que poco después que Janiger abriera su oficina a los viajeros experimentales, la noticia corrió de boca en boca y terminó convocando una corriente continua de voluntarios. Muchos de ellos ya habían leído Las puertas de la percepción, el libro de Aldous Huxley que cuenta sus experiencias con otro alucinógeno, la mescalina. Muchos otros habían caído bajo el hechizo del proselitista del ácido Timothy Leary, que rápidamente se convirtió en su vocero más contundente, urgiendo a toda una nueva generación de hipsters a “conectarse, volar y darse vuelta”. Ciertos personajes, también, llegaban convencidos por la vibración positiva que los poetas beat les otorgaban a las drogas psicotrópicas. Y la comunidad del showbiz era atraída por el hecho de que la oficina de Janiger estaba donde estaba.

Siempre fue un misterio para mí cómo la voz se propagó tan rápido”, dice Janiger. “La gente llamaba todo el tiempo. Desde cualquier lado. Aumentó geométricamente. Esa era la razón por la cual teníamos un amplio marco de voluntarios”. Los viajeros de Janiger eran asistidos por ayudantes que estaban al tanto de sus necesidades, como ir al baño por ejemplo. Durante sus primeros trips, por ejemplo, Cary Grant defecó en sus pantalones. La droga para los experimentos le era provista a Janiger gratuitamente por los laboratorios Sandoz, los descubridores del LSD. A cambio, el doctor debía proporcionarles informes regularmente. La experimentación se terminó cuando el LSD pasó a ser el enemigo público número uno, y se terminaron las muestras gratis. “Nunca vi mi trabajo como algo terapéutico” dice hoy Janiger. “Pero durante el transcurso de los estudios hicimos algunos descubrimientos”. Los mismos que, a tres décadas de aquella caza de brujas ácidas, están volviendo a ser investigados. Y, también, van a formar parte del ya mencionado guión que contará la historia del ácido según Hollywood.