viernes, 19 de julio de 2013

THE CONJURING: BASADA EN HECHOS REALES



  El cine de terror se alimenta de inquietar, sorprender, llevarnos a lugares nuevos y aterradores... En la última década, da la sensación que se ha perdido el factor sorpresa. La sequía creativa de Hollywood se manifiesta en remakes, secuelas y adaptaciones de títulos de éxito en otros países. Probablemente, no sea fácil asustar a un espectador que ya ha visto todo... Nos asustamos con las cuchillas de Freddy, la voz de ultratumba de la niña de El Exorcista y esa última secuencia de La Bruja de Blair que infundía más interrogantes que respuestas... Sí, probablemente, el cine de terror pueda haber llegado a una cumbre donde cuesta asustarnos... ¿hacia dónde dirigirse entonces? Expediente Warren (The Conjuring) no es la solución, ni la mejor película de género en mucho tiempo, pero sí da la respuesta hacia dónde está el terror por explotar, el que aún nos puede hacer revolver en la butaca del cine... Existe un terror que nunca pasará de moda y que siempre consigue asustarnos, las historias reales.
  Hay algo que consigue un testimonio real que no logra una historia de ficción, nos cuestiona y asusta con esa condicional pregunta del "¿y si me pasase a mí?". Todos hemos escuchado historias sobre casas con inquilinos extras, tal vez pueden ser unos crujidos, unos pasos, una sombra que se deshace en cuestión de segundos e incluso la aterradora sensación de haber escuchado un risotada a tus espaldas... 


  The Conjurin nos habla de Ed y Lorraine Warren, un matrimonio especialista en investigar sucesos paranormales, demonólogos y que fueron conocidos cuando se ofrecieron a averiguar qué ocurría en aquella casa misteriosa de Long Island, la madre de todos los misterios, Amityville. No existe caso más conocido y aterrador sobre casas encantadas, pero sin embargo no es el único. Los Warren han sido testigos de manifestaciones espeluznantes, vivencias en primera persona mucho más horribles que cualquier película de ficción y, ahí es cuando surge el enlace, crear una película sobre una de esas historias que ellos vivieron en primera persona, que acudieron a investigar tras recibir la desesperada petición de una madre de familia, histérica por no saber qué había en su casa y que tenía a toda su familia aterrorizada...
  El misterio sobrenatural que escondían las paredes de aquella casa es sobrecogedor, espeluznante y la película retrata la angustia y desesperación de unos inquilinos incapaces de vivir alli, atormentados y acosados por esas presencias que alertan su atención a base de golpes, magulladuras, objetos rotos, sustos... 
  De los creadores de Insidious y Saw, la película es en cierto modo un homenaje a las películas de los setenta, ya no sólo al tratarse la historia real en dicha década, sino en detalles cómo los títulos de crédito y una atmosfera de "las películas de antes". Los artificios para producir miedo son de la vieja escuela, sombras, planos que se mueven muy lentamente, un terror sugestivo que evita el truco fácil, la sangre inecesaria y el gore desmedido, tan habitual en productos actuales.




  Uno de los aciertos y méritos de esta película es su fidelidad a la historia, la recreación de un suceso real y al retrato realizado sobre el matrimonio Warren. Sucedió realmente y son muy interesantes los detalles que la película proporciona, ya no sólo al caso de la familia Perron, sino incluso al comportamiento paranormal y esos sucesos que a veces nos cuestan creer.