¿Qué hombre tiene la nariz más grande del mundo?, ¿queréis conocerlo? La imagen es altamente impactante, una nariz de desorbitadas proporcionadas. La nariz, un órgano que siempre ha estado expuesto a la crítica según su forma o tamaño. ¿El tamaño de la nariz también importa?
Una de las figuras más marginales y extrañas de la literatura norteamericana, Ambrose Bierce, ya definió la nariz en su famoso "Diccionario del Diablo": "Ultimo puesto avanzado de la cara. Basándose en la circunstancia de que los grandes conquistadores tuvieron grandes narices, Getius, cuyos escritos anticipan la era del humor, llama a la nariz el órgano de la domesticación. Se ha podido observar que la nariz de una persona nunca se siente tan feliz como cuando está metida en asuntos de otras, razón por la cual algunos fisiólogos dedujeron que la nariz carece del sentido del olfato".
Cuando hablamos de una persona, a todos se nos representa su cara, faz o efigie, de ella todos recordamos rápidamente sus ojos y su boca, pero cuando vemos reproducciones de los rostros de los mayas, lo que más nos llama la atención es su clásica morfología nasal. Y la nariz, al igual que los ojos o la boca, pueden decirnos muchas cosas de sus dueños y enseñarnos a conocer un poco a los demás. Véanse si no, los "Apuntes para un Manual de Psicología" de Enrique Jardiel Poncela:
- Las narices largas significan abundancia de narices.
- Con dos agujeritos, denotan vulgaridad.
- Con dos agujeritos y lentes, miopía o vista cansada.
- Cuando son cortas y chatas, señal de carácter tímido, y de aficción a los ejercicios físicos: carreras a pie, gimnasia sueca y periodismo.
- Unas narices rotas indican cultivo del boxeo.
- Las narices arrugadas, lo mismo pueden significar vejez que manía de olfatearlo todo.
- Las narices respingonas denotan picardía.
- Si son pequeñitas las narices, quiere decirse que los padres de uno eran muy ahorrativos.
- Con pelitos en la punta, que el interesado se afeita solo y en casa.
¿Quién habla de mis narices? El pueblo en general se considera buen fisionomista y como tal intenta reconocer el caracter de las personas por los indicios físicos, intentando adivinar las aptitudes de los órganos ocultos mediante la observación de los signos visibles, pero esto ha servido en ocasiones para que popularmente se ridiculice o adule a los hombres al establecer una comparación entre el pene y el tamaño comparativo de la nariz.
Un antiguo adagio italiano decía que "Al nazzo cognoscete il cazzo", mientras que un poeta del siglo XVI escribió: A la nariz la dimensión se ajusta, de lo que a la mujer conviene y gusta" (paralelamente, y en el caso de las mujeres, se ha utilizado con este fin, el tamaño del pie).
En el tema de los presagios, se piensa que un picor en la nariz indica noticias, la llegada de una carta o que alguien especula sobre nosotros. Si el picor es en el lado derecho, están pensando bien, pero si es en el izquierdo, mal.
Cuando no se está de acuerdo con la Genética, viene la Cirugía Plástica para solucionar el problema. Curiosamente la operación más solicitada en este campo y, a la vez, la más agradecida es la rinoplastia.
Esta operación se solicita las más de las veces por simples motivos estéticos con el fin de reducir el tamaño nasal tanto a lo ancho como a lo largo, aunque dicha operación surgió de forma radicalmente opuesta ya que su origen fue puramente plástico con el objetivo de reparar narices cortadas y modelar unas nuevas.
El cortar narices y orejas fue durante mucho tiempo una práctica habitual muy extendida en la India, especialmente para castigar el robo aunque en otras ocasiones era el resultado de la violencia conyugal por parte de los maridos celosos. Esto supuso un buen material clínico para intervenciones de cirugía plástica, llegándose a realizar asombrosas reconstrucciones completas de la nariz con colgajos de piel de la frente y creando las aletas a partir de piel modelada alrededor de unos tibitos de madera que mantenían abiertas las fosas nasales.
En Europa, la falta de nariz era habitual debido a las guerras, los duelos callejeros o la sífilis, pero prácticamente no se realizaban reconstrucciones nasales completas y se optaba por el uso de decorativas prótesis nasales de madera o cuero, aunque la gente pudiente las prefería de oro o plata.
Cuando se reconstruían las narices a partir de colgajos frontales, quedaba una fea cicatriz rojiza en la frente que asemejaba a la señal que se marcaba con un hierro al rojo vivo como castigo a ciertos crímenes; esta secuela hizo que la gente se negara a este tipo de operación y que médicos como el bohemio Gaspar Tagliacozzi se pusieran a pensar en nuevas posibilidades terapéuticas. Tagliacozzi optó por utilizar primero la piel de las nalgas, pero en vista de que a la gente le asqueaba y no deseaba pasar de ser un "desnarigado" a ser un "caraculo", se decidió finalmente a utilizar la piel del brazo con la que obtuvo muy buenos resultados pero obligaba a una larga inmovilidad del sujeto atrapado en un torturador arnés metálico.
Pero indudablemente la función principal de la nariz es recoger olores, aromas, fragancias, perfumes, emanaciones y vahos de todo aquello que nos rodea.
Cuando hablamos de una persona, a todos se nos representa su cara, faz o efigie, de ella todos recordamos rápidamente sus ojos y su boca, pero cuando vemos reproducciones de los rostros de los mayas, lo que más nos llama la atención es su clásica morfología nasal. Y la nariz, al igual que los ojos o la boca, pueden decirnos muchas cosas de sus dueños y enseñarnos a conocer un poco a los demás. Véanse si no, los "Apuntes para un Manual de Psicología" de Enrique Jardiel Poncela:
- Las narices largas significan abundancia de narices.
- Con dos agujeritos, denotan vulgaridad.
- Con dos agujeritos y lentes, miopía o vista cansada.
- Cuando son cortas y chatas, señal de carácter tímido, y de aficción a los ejercicios físicos: carreras a pie, gimnasia sueca y periodismo.
- Unas narices rotas indican cultivo del boxeo.
- Las narices arrugadas, lo mismo pueden significar vejez que manía de olfatearlo todo.
- Las narices respingonas denotan picardía.
- Si son pequeñitas las narices, quiere decirse que los padres de uno eran muy ahorrativos.
- Con pelitos en la punta, que el interesado se afeita solo y en casa.
¿Quién habla de mis narices? El pueblo en general se considera buen fisionomista y como tal intenta reconocer el caracter de las personas por los indicios físicos, intentando adivinar las aptitudes de los órganos ocultos mediante la observación de los signos visibles, pero esto ha servido en ocasiones para que popularmente se ridiculice o adule a los hombres al establecer una comparación entre el pene y el tamaño comparativo de la nariz.
Un antiguo adagio italiano decía que "Al nazzo cognoscete il cazzo", mientras que un poeta del siglo XVI escribió: A la nariz la dimensión se ajusta, de lo que a la mujer conviene y gusta" (paralelamente, y en el caso de las mujeres, se ha utilizado con este fin, el tamaño del pie).
En el tema de los presagios, se piensa que un picor en la nariz indica noticias, la llegada de una carta o que alguien especula sobre nosotros. Si el picor es en el lado derecho, están pensando bien, pero si es en el izquierdo, mal.
Cuando no se está de acuerdo con la Genética, viene la Cirugía Plástica para solucionar el problema. Curiosamente la operación más solicitada en este campo y, a la vez, la más agradecida es la rinoplastia.
Esta operación se solicita las más de las veces por simples motivos estéticos con el fin de reducir el tamaño nasal tanto a lo ancho como a lo largo, aunque dicha operación surgió de forma radicalmente opuesta ya que su origen fue puramente plástico con el objetivo de reparar narices cortadas y modelar unas nuevas.
El cortar narices y orejas fue durante mucho tiempo una práctica habitual muy extendida en la India, especialmente para castigar el robo aunque en otras ocasiones era el resultado de la violencia conyugal por parte de los maridos celosos. Esto supuso un buen material clínico para intervenciones de cirugía plástica, llegándose a realizar asombrosas reconstrucciones completas de la nariz con colgajos de piel de la frente y creando las aletas a partir de piel modelada alrededor de unos tibitos de madera que mantenían abiertas las fosas nasales.
En Europa, la falta de nariz era habitual debido a las guerras, los duelos callejeros o la sífilis, pero prácticamente no se realizaban reconstrucciones nasales completas y se optaba por el uso de decorativas prótesis nasales de madera o cuero, aunque la gente pudiente las prefería de oro o plata.
Cuando se reconstruían las narices a partir de colgajos frontales, quedaba una fea cicatriz rojiza en la frente que asemejaba a la señal que se marcaba con un hierro al rojo vivo como castigo a ciertos crímenes; esta secuela hizo que la gente se negara a este tipo de operación y que médicos como el bohemio Gaspar Tagliacozzi se pusieran a pensar en nuevas posibilidades terapéuticas. Tagliacozzi optó por utilizar primero la piel de las nalgas, pero en vista de que a la gente le asqueaba y no deseaba pasar de ser un "desnarigado" a ser un "caraculo", se decidió finalmente a utilizar la piel del brazo con la que obtuvo muy buenos resultados pero obligaba a una larga inmovilidad del sujeto atrapado en un torturador arnés metálico.
Pero indudablemente la función principal de la nariz es recoger olores, aromas, fragancias, perfumes, emanaciones y vahos de todo aquello que nos rodea.
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