martes, 24 de febrero de 2009

XTARLINGS REDUX: DAVID BOWIE Y EL OCULTISMO

Diferente, posiblemente es la palabra que sonó durante mucho tiempo en la cabeza del cantante David Bowie. Como millones de personas en este mundo, Bowie sentía que no encajaba del todo con el resto y que su existencia parecía estar pasando de una manera diferente. Entre las muchas maneras que el cantante intentó calmar esa sensación de rareza (sobretodo con diversas drogas), el cantante creyó encontrar algo asombroso que sedujo su interés: el oculismo.



Bowie es uno de las artistas que más ha experimentado artísticamente, desde su polémica interpretación de extraterrestre en The man who fell the Earth a su poético personaje vampírico junto a Susan Sarandon en El Ansia (excelente inicio de película con la música de Bauhaus de fondo). En su vida privada, Bowie también ha intentando reinventarse de manera continúa por lo que ha dado lugar a unas vivencias más bien camaleónicas.



Probablemente, su gran abuso de cocaína haya influído mucho en una época de confusión y experimentación que paradójicamente ha sido su mejor época artística, un viaje surreal hasta las propias fauces del demonio.

1975, Bowie se había mudado de Nueva York a Los Angeles, en una casa de alquiler relativamente pequeña, de forma cúbica, con una piscina cubierta, dos esfinges blancas en el jardín (símbolos de las ciencias ocultas y la bisexualidad) y una colección de obras de arte egipcias. Pasaba largas horas encerrado en su habitación, con las cortinas corridas para cerrar el paso al sol abrasador. A la luz de unas velas negras, la estrella del pop dibujaba pentagramas en grandes hojas de papel o en las paredes. La paranoia de Bowie entraba en una fase nueva y aún más siniestra. En ese estado de inconciencia no era capaz de editar discos: su última visita a un estudio había tenido lugar meses antes con John Lennon para grabar “Fame”, y tardaría otros seis meses en volver. No obstante, Bowie se repuso lo suficiente para desempeñar su primer papel importante en el cine.

Mucho se ha hablado del coqueteo del artísta con las ciencias ocultas, pero pocos saben que el cantante no tuvo ningún reparo en hablar de sus experiencia a través de la letra de sus canciones.
Quicksand, uno de sus mejores canciones editada en 1971 expone claramente la relación del artista con el mundo esotérico e incluso nos habla de quienes son sus guías:

I'm closer to the goldwen Dawn
Inmersed in Crowley's uniform of imagery

The Goldwen Dawn (de la que ya hablamos en el artículo sobre sociedades secretas) pasó a ser conocida como una "sociedad de brujos" debido a su gran pasión por los temas paranormales y practicas de espiritismo.

Crowley se refiere a un famoso brujo fundador de la Órden de Thelema, sociedad fundada en Italia por Crowley, de corte satanista, por lo que fue expulsado del país. Su doctrina tenía la base en la magia sexual que nacía del tantra, destinada a obtener los impulsos necesarios para alcanzar el conocimiento superior.

1976, Bowie vuelve a realizar misteriosas alusiones a su viaje por lo desconocido cuando en su canción "Station to Station" menciona algo sobre una llave oculta que abre otros planos de realidad.

En 1991, La Cabbala se convierte en la nueva religión de Hollywood que interesa y llama la curiosidad de famosos que se encontraban algo perdidos, rostros populares como son Madonna, Barbra Streisand, Mick Jagger, Jerry Hall y Roseanne Barr.
En esta nueva era mística, Bowie se autodefine como un "budista post-moderno". Las creencias de Bowie se centran durante esa época en el gnosticismo, doctrina filosófica y religiosa de los primeros siglos de la Iglesia. El gnosticismo ha sido calificado de caracter sectario por ser una religión que apuesta por la salvación del hombre pero en el marco de una visión negativa y pesimista del mundo y de las realidades físicas del hombre.

Bowie plasmó esas ideas en sus trabajos artísticos, como podemos ver en la portada de uno de sus álbumes donde aparece con estigmas y un halo de luz.

A principios del otoño de 1975, Bowie no había grabado ningún material nuevo con el sello David Bowie desde hacía casi un año. Tuvo cierta actividad, pero nada de lo que produjo durante ese período se ha editado oficialmente. Es más, según algunas fuentes se había hartado también de la música disco/soul que le había dado fama tiempo antes. En un momento profético en 1975, mucho antes de que los analistas culturales hicieran fortuna con titulares similares, Bowie declaró que el rock había muerto. “Es una vieja desdentada”, aseguró.

Parece ser que el motivo principal del retraso temporal de Bowie en su producción musical fue que se había sumido en un estado próximo a la paranoia. Estaba rodeado de un séquito de cuidadores y protectores que lo aislaban del mundo. Roeg comentó a Tony Parsons en 1993: “La principal dificultad que tuve fue la de acceder a él, no emocionalmente sino a unnivel puramente físico. Por supuesto que todas las estrellas están rodeadas de barreras, de un filtro, pero en el caso de Bowie parecían especialmente sólidas”.
Bowie quería salir, pero por el momento no encontraba el camino. Lo peor era el peso de las expectativas de un público que le consideraba sinónimo de conmoción y escándalo. ¿Cómo podía Bowie echarse atrás cuando su razón de ser consistía en extender los límites de lo anormal? El hecho de proceder de una familia con un historial de enfermedades mentales, junto al hecho de sentir atracción por personalidades excéntricas, volubles y, para algunos, psicopáticas, implicaba que Bowie veía locura, real e imaginaria, a su alrededor.

Bajo el peso de la presión emocional, su mente comenzaba a agrietarse. Estaba muy por debajo de los 45 kilos y sobrevivía con una dieta de pimientos rojos y verdes que tragaba con leche que tomaba directamente del envase. “Tenía la nevera repleta de esos alimentos –recordaba Bowie en 1998– y cuando no alucinaba, estaba sentado en el suelo a oscuras, alumbrado por la luz que se colaba por la rendija de la puerta, cortando pimientos con un cuchillo y metiéndomelos en la boca (...). Las horas de las comidas eran las cuatro de la mañana y las cinco de la tarde (...). Tenía siempre las cortinas cerradas. No quería que el sol de Los Angeles estropeara vibraciones del instante eterno.” Su mujer Coco, aterrorizada, trataba de hacerle comer de manera decente y lo ayudaba durante sus peores crisis causadas por la cocaína, pero poco se podía hacer por él. Era un caso de completa abyección. “Lo que sí recuerdo es que, según Coco me contó –dice el productor Hugh Padgham, que trabajó con un Bowie más sano mucho tiempo después–, ella llegaba por la mañana, encontraba a David desplomado en alguna parte y utilizaba el espejo sobre el que tenía la coca, colocándolo delante de su cara para comprobar si respiraba o no. Le ponía el espejo delante de la nariz para ver si se empañaba con la respiración.”

Por lo visto, Bowie, fascinado por el ocultismo y la numerología, empezó a guardar su orina en el frigorífico para que ningún otro hechicero pudiera utilizar sus líquidos corporales para encantarlo. Bowie se interesó asimismo por la fotografía Kirlian, una técnica desarrollada por los soviéticos que pretendía medir el flujo de magnetismo animal en el cuerpo humano. Esa técnica era una respuesta a los ocultistas hindúes y a los yoguis tibetanos, que se sabían controlar los flujos de energía desde hacía siglos. Un especial de Arena sobre Bowie, publicado en 1993, reproducía una fotografía Kirlian del campo magnético que rodeaba la punta de sus dedos y su crucifijo antes y después de consumir cocaína. La fotografía, o una muy parecida, fechada en abril de 1975, se utilizaría más de dos décadas después para la funda interior de Earthling.

En aquel entonces era capaz de estar levantado indefinidamente. Mi química debía de ser sobrehumana. Permanecía despierto durante siete u ocho días seguidos –explica Bowie en los ‘90–. Desde luego, con el paso de los días, el cansancio y la fatiga inminentes producían un estado alucinógeno de modo natural (...), bueno, seminatural. Hacia el final de la semana toda mi vida se transformaba en ese extraño mundo fantástico y nihilista de perdición venidera, personajes mitológicos y totalitarismo inminente. Con mucho, lo peor.” Y agregó: “Vivía en Los Angeles en un decorado egipcio. Era una casa de alquiler, pero me atraía porque yo tenía un interés más que pasajero por el misticismo egipcio, la cábala y todas esas historias que son intrínsecamente engañosas; una mezcolanza cuya esencia he olvidado. Pero, al mismo tiempo, parecía diáfanamente evidente cuál era la respuesta a la existencia. Así pues, la casa ocupaba un puesto ritualista en mi vida”.

Bowie estaba rodeado de ocultismo post–hippy. El Sunset Boulevard de mediados de los ‘70 rebosaba de tiendas ocultistas. Bowie, en busca de la unidad espiritual (fue hacia esa época cuando empezó a llevar un crucifijocomo una especie de talismán protector contra las fuerzas del mal), lo absorbía todo como una esponja.

En cierta ocasión, Bowie llamó a Angie a Londres y le aseguró que estaba retenido en algún lugar de Los Angeles contra su voluntad por brujas que querían su semen para quedar preñadas en el aquelarre del 30 de abril. Se supo que simplemente pasaba el rato con algunas fans, pero estaba tan drogado que empezó a tener ataques de ansiedad paranoicos y semialucinógenos. La situación llegó a un punto crítico cuando hizo exorcizar su domicilio en Doheney Drive por un profesional. Según Angie, al final de la sesión quemaron la imagen del diablo en el fondo de la piscina cubierta. Bowie necesitaba ayuda.


David Bowie - Space Oddity

Pero todo aquello pasó y hoy, a sus 61 años, David Bowie se lamenta mucho de aquella etapa tan oscura de su vida. "Mi mente funciona como un queso suizo. Tengo agujeros increíbles en mi memoria. Fui adicto a la cocaína durante los setenta y eso me dejó un daño emocional".

7 comentarios:

Laidy Dark dijo...

Vaya, parece que el tema mistico y terrorifico predomina en este blog...

¡hola salva! :P Siento haberme perdido alguna de tus entradas, pero hoy tenia el último examen y ando liada.

La verdad, es un cantante-artista-ser humano raro. XD y sobre todo.... muy peculiar, vaya vida "extraña". Las drogas nunca son el camino.... hay que ver cuantas estrellas se pierden con esas cosas....

un beso salva! :]

Viperina dijo...

Me ha fallado el comentario, creo...Bueno, te decía que mi hermano era un megafan de Bowie, los Rolling, etc. y recuerdo los discos en su cuarto; el que más me impactó, supongo que por la portada, fué el de Aladdin Sane, es como si lo tuviera dente ahora mismo, al ver la foto. En los 70 y 80 se quedaron muchos ídolos por el camino, debido a los excesos con las drogas, y nos dejaron su obra, entre absurda y asombrosa.
Besos, Salva.

Wizzy dijo...

muy interesante el articulo.

por aquel entonces todos se metian de todo, asi han kedado algunos. Aun asi en sus trabajos no se le ve tan mal, aunque habria que verle en el dia a dia

El chache dijo...

Como me gusta a mi este tio, y bueno, que cantidad de cosas que se oyen de el.
Un saludete

Jonnest dijo...

Interesante lo que hablas hoy, incluso te has informado sobre Aleister Crowley, interesante jeje

No conocía esa faceta de David Bowie.

¿Te ha dado ahora por hablar de temas de estos paranormales??jejej genial!!

Un beso!

caotico_jq dijo...

Ay, Bowie Bowie... Me encanta este artista y he leído bastantes cosas de él. ¿Sabías que también estuvo interesado por el nazismo durante una temporada?

Mira que me gusta "Quicksand"... pero nunca me había parado a pensar en las implicaciones de la letra.

Y lo mal que lo debió pasar su mujer Coco, ya ni te cuento.

Un beso.

Víctor Hugo dijo...

Bowie se ha caracterizado por hacer taaaantas cosas:) Un grande de los de verdad. Buen blog.